5 may 2011

SEGÚN EL DIARIO DE M. Q.

(…de una tarde en que tenia problemas para compaginar)

DOMINGO 13
A V.R.:
¡Gracias por dictarme incorrecta su dirección electrónica! (aunque es tanto posible que yo no la haya escuchado del todo bien y por tanto, escrito erróneamente). De todos modos, mi estimado Editor, he enviado asimismo el documento en cuestión, tanto a la errada dirección, como a un par más que aparecieron bajo su nombre.
No obstante, y muy a pesar mío, he descubierto con tantísima pena que no ha cumplido usted su palabra, por cuanto no he recibido respuesta escrita suya, ni visto publicado mi artículo, esta mañana. Por consiguiente, básteme decir que no cuento lo sucedido en su contra, pues a falta de uno, hace un cuarto de hora, S.R. mi antigua amiga, ha podido incluir mi escrito en su antes creado blog, el cual a esta hora, ha recibido doscientas ochenta y tres críticas favorables.
En tal sentido, mi nunca más estimado Editor, mucho agradeceré a usted, se sirva no contar entre sus futuros documentos, aporte mío alguno.
Atentamente:
M.Q.

LUNES 14
Después de un transido silencio, Maria Valina comenzó su relato, el que con cierta complicidad, decidió compartir conmigo, pidiéndome con anticipación, su registro por escrito.
Eran las siete y diez de la mañana y ya habíamos ordenado un par de jugos de frutas y un sándwich para comer a mitades en aquel café cercano a casa. Mientras me quitaba la chalina, meditaba sin querer en lo obscura que había amanecido aquella mañana para mí; incluso una hora antes de la cita, yo había estado a punto de llamarla y con un subterfugio cualquiera, pedirle aplazar nuestro encuentro aun hasta las tres o cuatro de la tarde…necesitaba un tanto pensar en mí; no obstante, mi deseo de escucharla y escribir cuanto me hablara fue más potente y terminó por despertarme del todo, y a las seis y quince, ya estaba recibiendo las primeras gotas tibias de un buen baño, de esos que sirven para renovar energías y decidirse por empezar así de temprano el resto de los días. No tomé alimento alguno pues nuestro encuentro se trataba justamente de un desayuno-reunión (éste último denominativo también me había traído a la memoria mis antiguos años de oficinista, tiempos cuando aun no comprendía del todo, cuán curiosos resultan ser los caminos de la vida).
Recuerdo con claridad, estar con la libreta en la mano (de esas que parecen ser las mismas en periodistas y escritores) y un bolígrafo listos para tomar registro de los detalles de aquella historia, como Maria Valina había preferido denominar a su relato, de seguro uno similar a los muchos que en cinco años de amistad, tan honestamente había confiado conmigo, aunque en ninguna de esas ocasiones me hubiese requerido escribirlos. Por consiguiente, y dada la petición mencionada, la conversación de aquella mañana, habría de requerir un interés adicional de mi parte.
Es cierto que el lunes 14 de…, yo tenía la mente un tanto distraída en un principio, acaso lo recientemente sucedido conmigo, teníame aun noctámbula, mirando por la ventana de aquel café, pero como recordase que me hallaba entonces presta para hacer mi trabajo y quien sabe, decidida a fuerza a dejar por algunos minutos la mía historia, me apresté a escuchar y escribir.
Esta conversación nuevamente trata del tema antes siempre conversado, - comenzó mientras yo daba el primer sorbo al jugo que acababa de dejar un muchacho exageradamente atento-. Hombres – continuó, pero inmediatamente hizo una pausa, nos miramos a los ojos e inevitablemente soltamos una risa bastante cómplice. Me lo suponía – le dije – aunque para variar, esta reunión debiera no tratarse del mismo sujeto, en cuyo caso… Siento decepcionarte – me interrumpió y volvió a sonreír -, la verdad es que aunque quisiera, no tengo otra opción más que marcharme con él como mi última y más reciente ficción de amor. Nuevamente hizo una pausa y se detuvo a partir con el tenedor la mitad de la mitad del sándwich y mientras la observaba, continuó: Hemos terminado. Dijo esto y metió finalmente el alimento a su boca, lo masticó y volvió a cortar otro trozo. Por un instante tuve la impresión que lo que en realidad deseaba era llorar, pero la conocía y aunque las lágrimas finalmente la derrotaran, su propio instinto fortalecido por los años y las personas, pronto le recordarían que de eso también se trataba la vida. Arregló su cabello; levantó la vista, me miró y se sonrojó, como tantas otras veces en situaciones totalmente distintas. Yo permanecía en silencio, como queriendo darle el tiempo que requiriese mientras bebía mi jugo casi hasta terminarlo, finalmente continuó: Si hay algo que ahora el arrepentimiento me pasa factura es justamente el inicio de mi relación con él, sabes? Creo más bien que el error radica en haberla iniciado y no en darle hoy un final común. Cerró los ojos, como intentando retrotraer la memoria a antiguos episodios vividos, pero a la sazón dije: Entonces…? y me detuve. Entonces nada – volvió a hablar -, eso es todo cuanto quería que registraras, y ah! no olvides escribir que es cierto que aun lo quiero.
Sorprendida, levanté una ceja como dando a entender claramente mi asombro ante tan escueto resumen de la historia que Maria Valina con tanto afán había querido compartir conmigo para que mas tarde la llevase al papel. Si eso es todo – mencioné -, y aunque en principio hasta supuse que irías a llorar, ahora creo comprender que más allá de la ruptura, tu estado emocional actual se encuentra en equilibrio. Así es – convino -, y lo cierto es que esta decisión no fue difícil, solo dolorosa. (*G.A.)
Esas últimas palabras, antes de pedir la cuenta, me recordaron un relato similar, acaso el de alguien que conocía muy bien, pero que me había pedido no escribirlo, por no ser el tiempo, ni el lugar adecuados, por negarse a olvidar y por no sentir el corazón roto. Recordé aquello mientras tomaba de vuelta mi chalina y la anudaba en el cuello, mirando por última vez a través de la ventana del café cercano a casa, y agradecía al muchacho exageradamente atento que ahora limpiaba nuestra ex mesa.

MARTES 15
He estado pensando en mis cartas. Mi tan propia característica de escribiente de cartas completas a todo el mundo. No obstante, a tiempo de pensar en ellas, he caído en cuenta que hace algún tiempo no redacto una. Atino a  pensar que la última enviada data después de año nuevo, mas no recuerdo claramente el motivo ni el contenido… tal vez no me la tomaron en cuenta.
Hoy, algunos meses después, me detengo a meditar en lo necesario que se me hace escribirle unas líneas a alguien, pero cuando intento convertir la idea en palabra escrita, intuyo que es posible estar a punto de cometer una equivocación; primero porque muchas de las cartas escritas y enviadas, no recibieron contestación bajo similares características, excepto una que me fue respondida por el propio otrora destinatario, seis meses después, es decir, al año siguiente (hoy al recordar el hecho y no el texto, me hace excesiva gracia). Y segundo, porque más allá de no recibir respuesta – quizá porque a muchas personas no les pasa esto de escribir correspondencia -, está el hecho de saber a conformidad, que vale la pena dedicarle tiempo y ciertas palabras o frases a determinada persona, y que ésta luego de recibido y leído el papel o el correo electrónico, no echara luego a reír pensando en lo idiota (*F.D.) de la ocurrencia de escribir cartas en estos tiempos, opción ésta última que me tiene sin cuidado.
A pesar de ello, como decía, al reflexionar en cuanto al asunto, recordé el elocuente comentario del pintor Juan Pablo Castel (citado por Ernesto Sábato en su novela El Túnel) al cual a modo de sucinta conclusión sobre el tema, me sumo cuando afirmó: “Una vez más, pues, había cometido una tontería, con  mi costumbre de escribir cartas muy espontáneas y enviarlas enseguida. Las cartas de importancia, hay que retenerlas por lo menos un día hasta que se vean claramente las posibles consecuencias”.

MIÉRCOLES 16
Tengo problemas con una letra del alfabeto.
No es posible que nombres de amigos, amigas, otras personas, lugares, situaciones (con significado especial para mi), y hasta mi día favorito empiecen todos con esta letra, está volviéndome loca, y me niego a emplearla… ¡la declaro apócrifa!

JUEVES 17
Poema para el miércoles escrito un jueves
(Ismael Serrano)

Perdona el retraso.
Podría decir que fue el cansancio,
el tráfico implacable de esta ciudad herida,
la prisa sin alma,
trenes descarrilándose,
tuberías que estallan empapando la cocina.
Podría decir,
que me raptaron los espectros,
que tuve una reunión repleta de cifras y calendarios,
que la fiebre me atrapó rehén de las almohadas,
que todo fueron maldiciones y suspiros.
Perdona mi ausencia,
pero lo cierto,
siendo miércoles y casi primavera,
es que me quedé siguiendo el vuelo de una libélula entre los juncos,
brindando con viejos amigos
con los que recordé qué era vivir,
que durante un instante amaneció en el sofá del salón,
-ya eran las siete de la tarde-
y la espuma de otras playas llegó hasta la alfombra
y, como te dolía la cabeza,
te busqué un ibuprofeno,
y las alas de un colibrí para tu espalda,
mis manos abrazando tu raíz
y tú descalza llorando jazmines y escarcha.
Perdona que faltara a la cita,
pero tuve que abrir
todos los tarros de cristal
para liberar a las luciérnagas,
tuve también que abrirte la puerta,
porque bajabas por la escalera
cargada de maletas y soledades
Discúlpame,
pero lo cierto,
es que estuve cantando,
grabando una nueva melodía
en el leve surco de nuestras vidas,
que giraban lentas
como el disco en el que suenan
los árboles combados por el viento,
la vieja cafetera y los arroyos.
Perdóname,
podría decir:
“este invierno viste mi sombra
y apenas tengo tiempo para despedirme”.
Pero lo cierto
es que este día
largo e intenso,
trabajé,
reí con amigos,
amé
con toda la fuerza
de mi naturaleza apasionada,
y aunque te eché de menos
y el frío de Madrid me trajo tu nombre
supe que mañana estarías a mi lado
y que entonces,
repleto de luz y de razones,
sabrías perdonarme.

VIERNES 18
DICCIONARIO PLURI-RACIONAL (*)
Autonomía: Dícese de la expresión política de tiempos del empate catastrófico (2006 – 2008) en los que unos no la querían y la despreciaban (Evo Morales y el MAS) y otros (Rubén Costas y compañía) la usaban para ímpetus distintos al propósito democrático.
Alvarista: Relativo a la facción política e intelectual del Movimiento al Socialismo (MAS) vinculada al pensamiento propugnado por el vicepresidente Álvaro García Linera. Es una de las dos fuerzas que sustentan al Gobierno. Su antónimo: Choquehuanquista.
Choquehuanquista: Relativo a la facción social del MAS liderada por el canciller David Choquehuanca. Su visión, alimentada por la intelectualidad andina, pretende el posicionamiento del movimiento indígena en el Gobierno y sus políticas de gestión. Antónimo de alvarista.
Convergencia: Nombre ideado por cierto resabios de la política del pasado reciente para dar vida a una organización política en la que no necesariamente convergen sus ideas autonomistas, manfredistas, conservadoras, falangistas o movimientistas.
Dedazo: Se refiere a la tradicional forma de nombramiento de funcionarios por la sola decisión de las autoridades. La práctica fue muy común en administraciones gubernamentales anteriores al MAS, que también ha hecho suya en los últimos años.
Evada: Dícese de un sinónimo de bolivianismo muy común para referirse a la expresión torpe e inoportuna de palabras, hechos o dichos. Se deriva del nombre del Presidente del Estado, caracterizado por los dislates verbales en sus extensos discursos.
Evismo: Término con el que Álvaro García Linera califica a la corriente política y social alineada a Evo Morales Ayma. En su criterio, es la opción necesaria y urgente en el “proceso” boliviano de construcción del Estado, muy afín al chavismo venezolano.

(*)DICCIONARIO PLURI-RACIONAL, Suplemento ANIMAL POLÍTICO, Periódico La Razón Abril, 2011


SÁBADO 19
Poema para Coyote Moreno

TARDE
Tarde las líneas de este yeso-poema acercan las narices,
Como tarde me doy cuenta que lo del bastón suele resultar a veces en artilugio,
Tarde el tiempo en que en estas horas largas, se extraña los tiempos de la More,
Pero qué ha de hacérsele, pues como tiempo fugaz también éste lento de hoy pasará.

Tarde fueron llegando los mensajes, uno a uno, eran solo uno,
Tarde la cita en las Flaviadas porque de a poco habíamos sumado veinte años,
Tarde las salteñas, tucumanas, y demás aperitivos de las 11:59 de cada día,
Pero qué ha de hacérsele, pues como sueño cándido, hoy la realidad cuenta sus torpezas.

Tarde los consejos mal fundamentados, esperan ser usados como en el viejo tiempo,
Tarde los insultos, acercan las rizas de ocurrencias de monos alados, castillos, y sargentos antes bien conocidos,
Tarde es ahora me pregunto yo, queriendo pensar que tarde será mañana y no ahora,
Pero que ha de hacérsele, pues al final me digo: mas vale tarde que nunca.