Si esta vez las cosas cambian porque si, entonces que
suceda lo que tenga que suceder y venga! Ya es casi fin de año y así mejor a
pensar de nuevo el plan. Digo, es como de costumbre con este tipo de asuntos,
cuando quieres y de repente no puedes y te quedas con las ganas. Pero que no
sea este el caso, ya mismo se debe poner manos a la obra. De hecho, cuando
hablaba esa noche con la amigas de Palermo, me pareció que todas coincidíamos
en la misma apreciación. Resulta que daban las diez de la noche, cuando un auto
negro aparentemente bastante nuevo, estacionó en la puerta de enfrente de casa.
Era la casa de la abuela de Nico, y como él aquel día se hallaba de viaje por
Cartagena de Indias, opté por invitar a las chicas a hacerme compañía por esa
noche. Entonces, cuando daban las diez como decía, y ya que todas habíamos
estado esperando la llegada de ese carro, aunque claro, sin saber su conductor
que así era, corrimos las cortinas y he ahí que el vehículo había posado sus
ruedas en la acera paralela. Esperamos unos segundos que la puerta del
conductor se abriera, pero aquello no sucedía. Seguimos observando y nada.
Cerré la cortina y suponiendo que desde dentro del auto con vidrios
polarizados, el chofer quizá se habría percatado de que cuatro tipas lo observaban,
propuse que era mejor cambiar el plan...
No hay comentarios:
Publicar un comentario